Chile tiene un pasado muy prolífico en publicaciones, entre ellas destacó una dedicada al mundo de la radio.
Lamentablemente -al menos en Internet- no existe mucha información de esta revista, solo encontré una reseña en un blog dedicado a las revistas chilenas (https://revistaschil....wordpress.com/)
Radiomanía nace en Santiago en abril de 1943. Fue fundada por Lucho Arón y se imprimía en los talleres gráficos de La Nación S.A., y luego en Litografía Star (1965). A partir de 1966 pasa a llamarse Radiomanía TV. Fue una revista de publicación mensual que contó con 326 ejemplares hasta mayo de 1970.
Radiomanía surge como una revista dedicada a cubrir, principalmente, las actividades del mundo radial. Desde sus comienzos muestra una gran preocupación por el rubro, publicando comentarios y críticas de programas radiales, y notas y entrevistas a sus más destacados personajes (artistas y locutores). Es preciso recordar que durante las primeras décadas de existencia de esta revista (aún no llegaba el televisor), los radioteatros causaban furor en los hogares chilenos, y los más prestigiosos músicos y cantantes del circuito nacional (incluso internacional) se paseaban por los estudios haciendo presentaciones especiales que se grababan en vivo. A diferencia de muchas revistas, Radiomanía utilizaba tanto las portadas como las contraportadas, que siempre se mantuvieron simples y escuetas en información y dedicaban su espacio a estos artistas radiales, con un retrato que ocupaba toda la página. Las imágenes eran parte importante de la revista, teniendo las fotografías gran preponderancia dentro de ésta, no sólo como elemento complementario, sino como un elemento informativo en sí.
“Ecrán y Radiomanía son revistas de larga data, sólidamente asentadas en el desarrollo de una crítica y un periodismo de espectáculo especializado, ligado al desarrollo de la industria cinematográfica, radial, discográfica y del estrellato de Chile y el mundo. Cuentan con periodistas y reporteros gráficos de primera línea y tienen acceso directo a los operadores de la industria musical y a los astros de la canción (…) estos medios están orientados al público adulto, de modo que sus entrevistas y reportajes suelen ser más extensos y profundos”.
González, Juan Pablo; Ohlsen, Óscar; Rolle, Claudio; Historia Social de la Música Popular en Chile, 1950-1970; Ediciones Universidad Católica de Chile; Santiago 2009; p.16.
Secciones
En Radiomanía no se aprecian secciones estables (no alcanzaban a durar más de un año); más bien, la revista aparece como un misceláneo de temas que son repartidos y acomodados de distintas maneras a través de las páginas. Sí fue fiel a la publicación de la programación radial que ocupaba dos o tres páginas, y que en 1965 se transformó en un suplemento que además, incluía la programación televisiva.
“Si bien (Radiomanía) tenía una temática ‘sonora’ más específica, ésta se condicionaba fundamentalmente a la evolución que sufría el medio, en términos de profesionalización, sindicalización, tecnologización, etc.”
Albornoz, César; Posibilidades metodológicas del estudio de la música popular contemporánea en Chile desde el ámbito historiográfico; p.6.
También, durante los 27 años realizó concursos para sus lectores y rankings de popularidad de programas y canciones. Su editorial fue una sección intermitente: en los ‘40 aparece como una instancia de crítica a diversos problemas del circuito y desaparece en los ‘50. A partir de la década del ‘60 la columna de Juan de la Cambucha es el espacio que, de alguna manera, asume el rol crítico del medio.
Estilo
El estilo de escritura de Radiomanía destacó por la informalidad de sus textos en términos técnicos (formato periodístico). No se aprecian reporteros ni colaboradores estables, pues los textos no van firmados y el equipo no aparece mencionado sino hasta la década del ’60, en que se incorpora la participación de corresponsales extranjeros, que escriben reportajes y crónicas informativas que acercan a la revista al periodismo actual. Con el paso de los años, Radiomanía abarcó cada vez más temas, siempre relacionados al mundo artístico: en los ‘40, en la portada, figuraba bajo el título la frase “Radio-Cine-Teatro”, y en los ’60 esa frase se expande a “Cine-Radio-Teatro-Televisión”, hasta que en 1966 cambia su nombre a Radiomanía TV. Su cobertura fue generalmente equitativa tanto en los temas como en el circuito nacional e internacional.
Editor a cargo
Sólo aparece el propietario y director Luis “Lucho” Arón como figura estable. En los ’60 aparecen otros nombres y cargos como el del subdirector Julio Ibáñez Paredes y el del redactor-jefe Orlando Carrera Leyva.
Equipo periodístico
En los primeros años las notas no aparecen firmadas y por tanto no se observa un equipo de periodistas, sólo de colaboradores, dentro de los que destaca Juan de la Cambucha. A partir de los ’60 la revista trabaja con agencias de prensa internacionales (UPI, The Transworld Feature Syndicate y Tyzon), y los reportajes y crónicas van firmados por sus periodistas: William E. Brownell (Hollywood), Roberto Ayala Téllez (México), Renato Lavagna (Argentina), Claude Schwartz (París) y Alberto Mora (Madrid). En 1969 y 1970 recién aparecen las firmas de periodistas y colaboradores chilenos: Edmundo Villarroel, Eliana Ahumada y Juan Pablo Aguilera.