Para su época fue un revolucionario invento, solo disponible para automóviles de gama alta, y exclusivamente de la marca Chrysler, desde 1956 hasta 1959 se equiparon los autos de esta marca con tocadiscos. Por aquél entonces, un LP de vinilo medía 30,5 cm de diámetro y podía reproducir hasta 25 minutos de música para el conductor. Lamentablemente, los ingenieros que inventaron este aparatoso sistema de sonido no pensaron en los poco eficaces amortiguadores de los vehículos, por lo que los saltos, los baches y las curvas cerradas hacían presión sobre el lápiz del tocadiscos y las pistas se quedaban a la mitad de reproducción. Lo peor de todo es que además dañaba los discos para siempre.