Miloš Črnáctý
”!Aló! ¡Aló! Aquí la estación Radiojornal, que transmite desde Kbely, en las afueras de Praga”.
Así se identificaba en el éter la primera estación de radio checa, fundada por el ingeniero Eduard Svoboda y el presidente de la Asociación de periodistas checos, Miloš Črnáctý. Hacer radio en aquellos tiempos era una aventura que suponía incluso transgredir en cierta medida la ley.
“En aquel entonces no existían todavía las correspondientes normas legales y de hecho transmitíamos desde Kbely de manera ilegal”, recordaba Miloš Čtrnáctý.
También fue necesario superar numerosas dificultades técnicas. Las emisiones se difundían a través de la estación radiotelegráfica de Kbely, destinada inicialmente para transmitir señales en código morse. Dicha estación era utilizada por el servicio meteorológico para informar a los operadores del transporte aéreo sobre el estado del tiempo. Antes de iniciar las emisiones radiales, fue necesario adaptarla para la transmisión de la voz y de la música.
La estación radiotelegráfica era una pequeña casita de madera en la que apenas cabían sus técnicos. Cuando el 16 de mayo de 1923 llegaron al aeródromo de Kbely Eduard Svoboda y Miloš Čtrnáctý para preparar las emisiones, por falta de espacio tuvieron que desistir de la idea de instalar el primer estudio de radio en el recinto de la estación.
Radiojornal transmite desde Kbely Radiojornal transmite desde Kbely
Por casualidad, un día antes, el 15 de mayo, fue instalada cerca de la estación radiotelegráfica una carpa de boy scouts. Ésta, con la alfombra y el piano prestados fue durante algunos meses el primer estudio de la radio checa.
El programa del primer día de las emisiones regulares, el 18 de mayo de 1923, corrió a cargo de miembros de la orquesta del cine capitalino Sanssouci:el violinista Josef Hašek, el trompetista Emil Čermák y el violonchelista František Voženílek que tocó La Siciliana de la ópera “Caballería Rusticana”, de Pietro Mascagni.
Los solistas fueron acompañados al piano por Karel Sergej Duda, antiguo profesor del conservatorio del zar en Kiev. En el programa actuó también la cantante de ópera, Růžena Topinková.
El mal tiempo del primer día de las emisiones regulares sometió a los artistas a una dura prueba. Temían que las ráfagas del viento y la lluvia torrencial derribasen la carpa en la que estaba instalado el estudio.
Cuando actuaba la cantante Růžena Topinková, un perro se coló por debajo de la lona en la carpa para guarecerse en su interior de la intemperie, y acompañó a la intérprete con sus ladridos.
Afortunadamente, el micrófono no era tan sensible como para captar los ruidos del animal, pero todos respiraron con alivio cuando el can fue capturado y sacado de la carpa.
”!Aló, aló! Aquí la estación de radio OKS de Kbely, estación de Radiojournal de Praga, que realiza el servicio checoslovaco de radio. Transmite diariamente a las 19 horas 15 minutos, por los 1150 metros, programas musicales y noticias del deporte del mundo entero y previsiones del tiempo”.
El técnico Jandl, su colega Vlach y la taquígrafa de Radiojournal Tučková fueron los primeros locutores que anunciaban los programas. El primer locutor profesional de la radio checa fue el actor y director teatral, Adolf Dobrovolný, contratado en enero de 1924. Actuaba también en los primeros programas literarios que él mismo preparaba. Poseía en alto grado un don, imprescindible para el trabajo en la radio:sabía entablar el contacto con los oyentes.
En las emisiones radiales checas predominaba al principio la música. La dirección de Radiojournal acordó con el Ministerio de Correos y Telégrafos que le había concedido la licencia, que el programa de radio debía ser apolítico, que la radio como institución cultural y educativa no podía comentar los sucesos políticos.
La radio empezó entonces a explorar sus potencialidades en otro campo: el deportivo. Un experimento pionero tuvo lugar el 2 de agosto de 1924 cuando se realizó la primera transmisión en directo de un evento deportivo. Los expertos la consideran como el primer intento de su género en Europa.
Los oyentes de Radiojournal disfrutaron del relato de un match de boxeo, protagonizado por los pesos pesados František Růžička, de Checoslovaquia, y Rocky Knight, de Estados Unidos.
?Cómo se llevó a cabo el primer reportaje? El funcionario de la Unión Checoslovaca de Boxeo, Jiří Hojer, narraba los lances del duelo al teléfono. En el estudio de Kbely la taquígrafa transcribía sus palabras y el texto se entregaba al locutor Adolf Dobrovolný que lo leía al micrófono.
Dobrovolný se dio cuenta de que el relato hecho de esta manera carecía de vivacidad. Tomó entonces el auricular del teléfono y repetía al micrófono las palabras de Hojer que estaba en el escenario del match. El relato ganó en dramatismo.
El reportaje tuvo una repercusión entusiasta entre los oyentes. Disfrutó del mismo también el público en la plaza capitalina de Wenceslao que lo escuchó frente a la redacción del periódico Národní Politika, que instaló en el balcón de su sede un altavoz de grandes dimensiones.
Radiojournal ganó con el reportaje telefónico una enorme popularidad y captó también a nuevos oyentes.
Con los nuevos abonados mejoró un poco la situación financiera de la emisora, muy precaria desde el inicio. En 1925 estuvo al borde de la quiebra. La salvó el Estado que entró en Radiojournal como su socio mayoritario.
En 1925 la radio ya contaba con un nuevo emisor en el barrio capitalino de Strašnice y con nuevos estudios en el barrio de Vinohrady. Ese mismo año realizó otra importante proeza que se inscribió en la historia de las emisiones de radio europeas:
El 12 de febrero de 1925 llevó a cabo la primera transmisión en directo de un espectáculo teatral. Los radioescuchas disfrutaron de la ópera “Dos viudas”, de Federico Smetana, escenificada en el Teatro Nacional, de Praga.
El éxito de la transmisión en directo superó todas las expectativas. A los oyentes les encantó no sólo la ópera en sí misma sino también la atmósfera de la sala que el micrófono logró captar.
El 14 de febrero de 1925 Radiojournal transmitió en directo la ópera “La Ondina”, de Antonín Dvořák, tres días después “Fidelio”, de Beethoven, y seguidamente “Lohengrin”, de Wagner, de cuatro horas y media de duración.
En 1925 Radiojournal transmitió en directo 35 óperas del Teatro Nacional y 27 conciertos de la sala capitalina Smetana. Quedó evidente que la radio no tenía igual en la difusión de la cultura.